El tiempo es muy extraño. Es una entidad, según nos han enseñado en nuestra cultura Occidental, lineal, que avanza siempre y jamás retrocede. Esto nadie lo dudaría. No obstante, existen ocasiones en que la dimensión del tiempo se pierde, y así encontramos días que son planos, en los que el tiempo avanza lentamente; otros, de mucha agitación, pasan en un abrir y cerrar de ojos.
Así también, existen momentos en los que el tiempo pareciera detenerse, como si se cristalizara todo en un solo instante. Este tiempo, según me lo enseñaron en filosofía, recibe el nombre de Kairós,"el momento justo". Kairós es mágico, porque abre un espacio donde las cosas son posibles, donde ocurren los milagros. Es un momento tan justo que nos comunica con lo divino.
Hace muy poco Kairós se menifestó delante de mi. Hoy tengo una esperanza.
lunes, 9 de enero de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario