Y el verano se fue... y llega el tiempo del amarillo, de los árboles deshojados, de las tardes cortas, de los corazones silenciosos. El tiempo de callar y escuchar, de observar, de no explicar, de no juzgar. El tiempo de sentarse en una banca a contemplar el atardecer, mirar el horizonte... buscar el infinito.
lunes, 19 de marzo de 2012
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