Comparto con ustedes un mensaje de Fernando Villegas, publicado en La Tercera el 03 de septiembre de 2011, como último adiós a los 21 chilenos muertos en la tragedia de Juan Fernández.
Adiós, amigos
¿Quién no ha fantaseado tratando de prever cómo será su muerte? Algunos la desean rápida, tan súbita e imprevista que no la noten y no la sientan llegar; otros, al contrario, preferirían tener tiempo para despedirse y arreglar sus asuntos. La mayoría ni siquiera quiere pensar en eso. Sabemos qué ocurrirá, pero literalmente el hacernos cargo del asunto lo dejamos para otro día. Muy pocos la tienen siempre presente y desde el momento mismo del despertar, cada día; saben que puede llegar cuando menos se espera, que la vida es regalo frágil y, por tanto, animados por ese pensamiento, se esfuerzan en sacarle el jugo a cada hora, hacer "que cuente", valga la pena.
Personalmente, quisiera que cuando me llegue la hora sea no sólo habiendo vivido una vida plena y de la que no tuviera nada muy serio de qué avergonzarme, pero además deseo que tenga significado, sea valiosa, parte de un deber que trataba de cumplir, algo que hice o quise hacer para los demás. Una muerte en cama que nada entraña salvo la vejez, el haber vivido mucho, haber "durado", me parece tal vez cómoda pero poco significativa. Ya sé que muchos que vivieron vidas plenas murieron de ese modo, pero de todos modos envidio a quienes encontraron el final haciendo lo suyo.
¿No es así como perdimos a nuestros amigos y colegas de TVN y los demás pasajeros y tripulantes del avión de la Fach? ¿No fue volando hacia una lejana parte del territorio nacional no por diversión, sino para hacerse cargo de las tareas de reconstrucción, ver cómo iban, aportar una palabra, una idea, un comentario, una nota periodística, un saludo siquiera? ¿No era así, Felipe? Hablo de los dos Felipes, el colega de oficio y del entusiasta que nunca cejó en su afán por acelerar la reconstrucción. ¿Y no era así también para los pilotos? ¿No era de ese modo para el camarógrafo? ¿No fue por eso que todos ellos, los que embarcaron, subieron a ese avión? ¿Porque cumplían un deber, querían ayudar, ser parte del esfuerzo de sus hermanos de Juan Fernández, dar testimonio?
Y ahora se han ido. Lo hicieron antes de tiempo, prematuramente, o al menos así nos parece a los que aún vivimos, aunque bien sabe Dios que el tiempo es un engaño, porque siempre es hoy cuando morimos, hoy que debemos mirar hacia atrás y ver si valió la pena. Es hoy. Cumpla usted 100 años o 30, es HOY. Es hoy. Adiós, amigos.
Fuente:
http://blog.latercera.com/blog/fvillegas/entry/adi%C3%B3s_amigos
domingo, 4 de septiembre de 2011
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