Es difícil hilar palabras que traten de explicar la sensación que queda en el ambiente después del grito natural que asoló a mi país… un terremoto no es fácil de describir, pues hasta los adjetivos colapsan. Es en ese momento cuando debemos reconocer que el lenguaje simplemente no alcanza.
Ahora que los días han pasado y que la calma ha llegado medianamente a nuestras vidas, danza en mi mente una única palabra: Gracias. Aquella que nos recuerda que esta existencia por nada del mundo es al azar, si no que forma parte de un plan muy bien trazado; un Gracias que aflora como una tierna melodía, como la que entonaba nuestra querida Violeta que nos recuerda, sin grandes artificios, que cada día de vida es un milagro.
viernes, 12 de marzo de 2010
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Amiga que mas decir que tus palbras reflejan a la gran mayoria de este pais, como tu dices cada día es un milagro..... te quiero mucho.
ResponderEliminarcreo que si no existiera Dios, creería igual en él, porque en ese gracias se condensan muchas personas, sentimientos, rabias, alegrías, melancolías, desesperaciones y esperanzas. Y estoy seguro, que de alguna manera, y de forma muy misteriosa, hay algo en medio de nosotros que posibilita que todo este encuentro de la gente se haga posible. Si cada día es un milagro, es porque cada afecto lo hace así.
ResponderEliminarGracias amigos.
ResponderEliminarY sí, también creo que ese gracias expresa todos aquellos afectos que nos hace mirarnos y ver lo realmente importante... apreciar la vida como un regalo, sabernos que esta existencia no depende de nosotros, si no que los que podemos contar esta triste historia que vivimos es porque hay algo más allá de nosotros que lo permite y que hace que, a pesar de todo el dolor y del sufrimiento, queramos seguir viviendo... (lo que algunos llaman "resilencia").
diste en esa palabra que me carga. Hace un año y medio tuve que ir a entrevistar a un beneficiario de la fundación rostros nuevos del Hogar de Cristo en Recoleta. Su nombre era Óscar Santiago Orellana, un hombre de alrededor de 50 años que sufría esquizofrenia. Lo entrevistamos con una amiga para escribir su historia de vida.
ResponderEliminarpd. no tiene que ver con la música que pones (pueden ser los Beatles o Delfin Quispe) pero la embarró que es molesta cuando abro tu blog, especialmente ahora donde afortunadamente tenía mi computador en silencio en la biblioteca.
Él fue quien me enseñó la palabra 'resiliencia'. Más allá de decirme lo que significaba, me lo demostró a lo largo de su relato. Encontré chora la palabra. Pero ahora está tan de moda que parece que todo es resiliencia. Siento que si la escucho más veces, no solamente la palabra va a perder su significado, sino que creo que cuando pierda el significado, diferente será lo que tengo en el corazón cuando recuerdo lo que esa palabra me trae a la memoria.
no sé qué weá pasó con el comentario, pero entenderás que el primer párrafo va con el último y el del medio es el final.
ResponderEliminarQue bueno que me hiciste el alcance, porque ya estaba pensando que era una nueva forma de escritura tuya la de interceptar una posdata en la mitad del comentario...
ResponderEliminarRespecto de la resiliencia, me parece que las palabras tienen justamente esa facultad: su sentido varía según quién las dice o quién las interpreta y según el contexto en el que aparecen. La última vez que escuché resiliencia fue de una profesora de danza contemporánea que tuve este verano, a propósito de una obra que creó con ese nombre, la que es movimiento puro. Por ello, no creo que todo parezca resiliencia, ni sé si está de moda, el caso es que si tuviera que definir en una palabra el hecho de que muchas personas se levanten día a día con deseos de seguir adelante, a pesar de haber perdido a una hija, una familia, una casa, todo, lo haría con esa palabra.
p.s. Aunque sé que no te referías a mi música, modifiqué la lista, saqué algunos temas, incorporé otros (algunos de los Beatles que ¡vaya! no recordé agregarlos, pero jamás de Delfín) y puse una música de inicio mucho más piola y amigable que la otra que parecía una invasión.