viernes, 12 de marzo de 2010

Palabras

Es difícil hilar palabras que traten de explicar la sensación que queda en el ambiente después del grito natural que asoló a mi país… un terremoto no es fácil de describir, pues hasta los adjetivos colapsan. Es en ese momento cuando debemos reconocer que el lenguaje simplemente no alcanza.

Ahora que los días han pasado y que la calma ha llegado medianamente a nuestras vidas, danza en mi mente una única palabra: Gracias. Aquella que nos recuerda que esta existencia por nada del mundo es al azar, si no que forma parte de un plan muy bien trazado; un Gracias que aflora como una tierna melodía, como la que entonaba nuestra querida Violeta que nos recuerda, sin grandes artificios, que cada día de vida es un milagro.